Monday, August 13, 2007

Historias de la vida real

Recuerdo a un adolescente con cara de estar recien asomandose al mundo que, un fin de semana lluvioso, siendo el unico asistente al gimnasio en que
trabajaba, miraba entre serie y serie de pesas (rutina que, ademas, yo le habia dado) como realizaba unos ejercicios de Kung Fu.
Lo recuerdo preguntando que era eso y a mi respondiendole "Kung Fu". Y Comence a explicarle, poco a poco, de que se trataba. Y el jovencito
escuchaba. Y lo invite a practicar con Sifu Claudio al gimnasio de Helguera, pensando cuanto tiempo duraria, si seria importante para él y su futura
vida.
¡Que sorpresa me lleve al verlo entrar al gimnasio! Y realizar las primeras tecnicas, el primer ejercicio...y con "algo" que no sabria explicar,
comprendi que habia caido una buena semilla en un terreno apto. Asi lo senti.
Pude ver sus progresos y coincidir en tiempos de entrenamiento, de practica y observar como iba evolucionando. Llego el dia en que coincidimos en
nuestra graduacion de Faja Negra, personalmente , motivo de doble alegria, por la graduacion y por coincidir con quien habia llevado a practicar.
Pude ver, desde afuera por motivos profesionales y algun que otro particular, como venia en el gimnasio en que trabajaba barajando la
posibilidad de abrir su propio gimnasio, que ventajas tendria, etc. Y por dentro pensaba ¿se animará?¿podrá hacerlo?¿y si se le cae el sueño, su sueño
de hacer "vida de Kung Fu?¿se decepcionará? Es profesional, siempre tiene el respaldo de haber estudiado pero.... ¿que pasaria con su Kung Fu?

Llego el dia de la inauguracion de su gimnasio (hoy Nucleo Belgrano), la invitacion, la alegria (sin contar las empanadas reglamentarias) nuevamente
doble de ver que aquel adolescente habia llegado ALTO, alcanzado un sueño y luchar para mantenerlo. saber que fue y seguira progresando, sin perder la
humildad, fundamental en la vida de este Arte, tambien me llenó de orgullo.
Ver como creció él y sus alumnos, tambien otra alegria.

Hace un tiempo, me llamó a casa para saber como andaba luego de mi operacion y me comentó (no lo pude ver pero se que los ojos le reian) que este fin de
año estaria en China.

Tuve que contener lagrimas de felicidad, una mano buena apretaba mi corazón por la emocion. Le dije que si bien era algo que no descartaba aunque sea
como turista jubilado, sus ojos iban a ver China por los mios, sus pies recorrerian China por los mios y eso era como si yo estuviese ahi con el.

Se que vas a llegar alto Martin, muy alto, y solo te deseo lo mejor para vos, tu familia y tu nucleo, y vamos a esperar ansiosos tu regreso, el haber
llevado alto el nombre de la Escuela y nuestro Sifu. Y yo, orgulloso por haber estado ese lluvioso fin de semana, matando el tiempo, practicando.
Un gran y fuerte abrazo de tu hermano mayor. Carlos.
Y...¡¡¡hasta la vuelta!!!

22/12/2006, Carlos Acebey al Sihing Martin Ugarte

1 comment:

Anonymous said...

Palabras como éstas son un ejemplo de la unión que se puede generar cuando uno entrena artes marciales. No es la primera vez que soy testigo de una dedicación así, tan sincera y de corazón, de un maestro a su alumno, de un compañero a otro, o de un alumno a su maestro.
Por supuesto los vínculos que uno crea, mantiene y cuida a lo largo de la vida dependen en gran parte de uno mismo, no significa que por entrenar uno va a tener muchos amigos. Pero en pocos ambientes de la vida pude ver tantas demostraciones de afecto como en el Núcleo y entre las personas más diversas, y siempre basadas en el respeto, y en sentir verdadera alegría por el otro.