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Sunday, March 1, 2009

Carta de un (nuevo) Sifu

A continuación, la carta que nuestro Sifu Martín Ugarte le escribió a todos sus alumnos, tras haberse graduado de Sifu:

Hola a todos,

Lo que viví el sábado durante mi graduación fue más de lo que yo pensaba, más de lo que yo soñaba....Fue un momento que quedará en mi memoria y en mi corazón para siempre, ver y sentir tanto afecto de la gente fue impresionante!!

Quiero agradecer a mucha gente, primero que nada a mis padres que son los que me educaron y me inculcaron los valores necesarios para ser una buena persona. Ellos me enseñaron a trabajar duro para conseguir lo que uno desea, a ser honesto en el trabajo, y me dieron y me siguen dando su apoyo y su amor incondicional!! Verlos ahí sentados en la ceremonia de graduación me hizo muy feliz.

Agradezco a Carlitos Acebey que fue el que me hizo conocer al Sifu Claudio hace muuchoss años!! No pudo estar presente en Zárate, pero me llamó un rato antes de mi examen para desearme la mejor de las suertes!

Agradezco a mis compañeros de práctica, a todos los que pasaron y los pocos que continúan (siempre se aprende en el intercambio), especialmente a los que estaban presentes en Zárate, los Sifus Jorge Rizzo, Guillermo Fernández, Walter Mercuri y Fernando Cicerchia, la verdad no tengo palabras para agradecerles lo bien que me hicieron sentir el sábado!


Le quiero agradecer muy especialmente a mi mentor, a mi Maestro, a Claudio Di Renzo: Sifu, Te agradezco tus charlas, todas las técnicas y formas que me enseñaste, desde pararme en un combate hasta mover cualquier arma, pero más que eso… me enseñaste a no bajar los brazos nunca en la adversidad, a seguir siempre para adelante, sin mirar para atrás, a buscar aprender siempre más y mejor!! Y todo eso lo enseñaste no sólo con palabras, sino con el EJEMPLO, tu propio ejemplo de vida! Sos el que me enseñó TODO lo que yo sé de kung fu, todo te lo debo a vos, a esas ganas de enseñar lo que más te gusta y de lo que más sabés….Pasaron muchos momentos en todo este tiempo, y seguirán pasando, pero quiero que sepas que mi gratitud y mi agradecimiento hacia vos como Maestro, es indudable! La palabra gracias a veces no alcanza…pero engloba muchos sentimientos!! Eternamente GRACIAS MAESTRO!!

Y por último, quiero agradecer a mis alumnos...fueron más de 60 a ver mi graduación de Sifu, 25 hicieron los cursos, y otros 35 viajaron a la tarde para ver el examen. No es fácil movilizar a tanta gente 90 km fuera de la Capital, y sin embargo, todos fueron hasta allá...Fue muy emotivo sentir la presencia de todos uds, siempre alentando, apoyando y dándome la mejor de las energías!! Los aplausos fueron interminables, me entregaron varios regalos, sobres rojos, cartas, presentes, me prepararon un video sorpresa, etc, pero lo mejor de todo...me dieron su cariño, su presencia, su calidez humana....eso es impagable! Cuando les di la noticia de mi examen, yo quería que estuvieran todos presentes, y así fue! Mis alumnos motivan y fomentan mi deseo de enseñar diariamente. Todos uds aportan y también me enseñan a mi, porque en una flia marcial, hay un ida y vuelta, todos juntos aprendemos y vamos creciendo como practicantes y como personas, con errores y aciertos, pero siempre movilizados con amor y respeto hacia el otro, sin eso, nada es posible, nada se puede construir....

Cuando yo comencé a dar clases por mi cuenta, jamás soñé que todo esto iba a pasar....Empecé dando clases 2 veces por semana, el resto de los días entrenaba, trabajaba en una empresa de
9 a 18.30 hs, y estaba terminando mi 2da carrera en la universidad...finalmente, me recibí de contador público (un año antes también de Licenciado en Administración de Empresas)..Fueron años de mucha exigencia física y mental, pero siempre el esfuerzo vale la pena...Luego de trabajar 4 años en mi profesión de ciencias económicas, decidí abrirme y abrir mi propio Núcleo, con todo lo que eso llevaba ( muchos riesgos e incertidumbre). Acá voy a confesar que muy pocos confiaban en mi, decían que estaba loco, que dejaba una profesión para dedicarme a la enseñanza profesional de kung fu....y saben qué? No me importó nada las incertidumbres ajenas.....yo sabía lo que quería, cómo hacerlo y me largué...yo más que nadie confiaba en mi, en mis cualidades, y sobretodo, en cumplir con mi sueño....Hace rato que mi sueño se está cumpliendo: cuando veo el Núcleo que tenemos, con la calidad técnica y humana de los alumnos....cuando vi rendir a 5 alumnos su licencia de profesorado, otro sueño comenzaba a cumplirse, y así la lista sigue, es interminable...como mis sueños. Nunca dejen de soñar, porque si uno se capacita, escucha a los que más experiencia tienen, trabaja duro, es honesto y hace las cosas con amor, TODOS LOS SUEÑOS se pueden cumplir!!! La vida es corta, y uno en la medida de lo posible, tiene que hacer lo que más le gusta, esa es mi manera de pensar, el que no arriesga por sus sueños, que sentido tiene la vida? Ojo, con responsabilidad y con sacrificio, porque nadie regala nada en la vida. Siempre vale la pena arriesgarse por los sentimientos, por lo que nos dicta nuestro corazón! Sean racionales, pero nunca olviden su cuota de Riesgo y aventura, y a ir tras sus SUEÑOS!!



Sikung cuando terminó mi examen, me dijo que nunca en sus tantos años de kung fu vio algo similar en una graduación, sobretodo de Sifu. Me dijo que el amor que sienten mis alumnos por mi es único, y que eso hablaba muy bien de mi....Yo me quedé pensando en sus palabras, y debo confesar que el orgullo que sentí al escucharlas, fue inmenso, y supe que lo que trato de transmitir en mis clases y fuera de ellas, se había cristalizado, se había llevado a la práctica en Zárate. Ver ese grupo de alumnos aplaudiendo, gritando, festejando, disfrutando de una ceremonia, me hizo vibrar por dentro, emocionar hasta las lágrimas, y darme cuenta que la familia marcial que siempre soné, estaba hecha realidad. Son un grupo humano increíble, y estoy muy agradecido que uds sean mis alumnos! Todo lo vivido, quedará en mi corazón para siempre! Se los agradezco infinitamente!!!

Los quiero mucho!!

Sifu

Monday, October 6, 2008

"Un Paso A La Vez"

"Un paso a la Vez" es la traducción y selección de frases de una carta que envió a sus alumnos el Maestro Frank DeMaría ( New York). El Sifu Horacio Di Renzo lo comparte con todos nosotros:
Nunca te apures, esa es la manera apropiada de aprender. Con frecuencia, vemos gente que luego de inscribirse en una Escuela, lo primero que hacen es tratar de alcanzar a los demás. Y eso no es posible, si lo intentas lo más probable es que fracases. En un lugar de entrenamiento, hay muchos niveles de habilidad, algunos más altos, otros más bajos, algunas personas están simplemente comenzando a transitar el camino, pero todo eso no debería ser de tu incumbencia. Deberías enfocarte an tí mismo y aprender a tu propia velocidad y nivel de comprensión, no es posible apresurar este proceso. Todo lo que se necesita, es hacer tu mejor intento y nunca abandonarlo.

Los buenos maestros conocen a sus estudiantes, pueden comentarte sobre el nivel de cada uno de sus alumnos en el wu-gwan. Y cada uno de ellos es instruído a diferentes niveles de velocidad y complejidad. Todo lo que deben hacer los alumnos es practicar lo que se les enseña, sin compararse con nadie. El camino (del arte marcial) no es una carrera hacia el final, sino un viaje hacia la conciencia de la conexión entre la mente y el cuerpo. Algunos estamos lejos de conseguir esa conexión, otros más cerca. Pero todos la conseguiremos en su debido momento, y no en el momento que determine alguien más.

No es fácil encontrar la maestría, toma su tiempo, pero centímetro a centimetro todos podemos llegar. Algunas personas piensan que los Maestros esperan que tomes un movimiento, concepto o teoría, y lo comprendas apenas se te enseña. Bueno, eso no es así, lo que un maestro espera es que lo practiques hasta que se convierta en algo natural, o dicho concepto te resulte claro. Esto (sin duda) ocurrirá y cuando esto comienza, otros movmientos irán cayendo en su sitio ante tus ojos y la habilidad seguirá creciendo...simplemente relajate, tranquilizate, y disfrutá ese momento, viendo cómo las cosas van llegando naturalmente a través de la práctica y el esfuerzo continuado.
No hay una agenda a cumplir, nadie te está poniendo a prueba...tan solo aprendé a tu velocidad y las cosas se te presentarán mucho más fáciles. ¿Cuántas veces tuve que decir, "calmate, mirá hacia vos solamente"? movimiento a movimiento, vas aprendiendo. Paso a paso, no hay final para el aprendizaje, así que dejà de mirár dónde está la meta. No hay nada ahí.
Seguirás aprendiendo hasta tu último aliento en esta Tierra, el conocimiento es interminable, por lo tanto, aprendé lo que puedas a tu ritmo, hasta que no puedas aprender más.

Siempre he dicho que cualquiera puede aprender...es siempre la calidad, lo que está antes de la cantidad en este y todos los artes. Para qué apurarte, corriendo el riesgo de perder la calidad de tus movimientos. Cada elemento básico es un eslabón al lado de otro eslabón en una gran cadena, y la calidad de la cadena está en la calidad de cada uno de sus eslabones. Si un sólo eslabón está mal, la cadena se parte y desde el punto de vista funcional, es toda la cadena la que no sirve. ¿Quién compraría una cadena que se rompe al primer contacto?

Tanto los niños como los adultos, tienen que tomarse su tiempo, se pacientes consigo mismos. Tu maestro sabe lo que debes aprender y te va a ayudar, porque para eso está. Un maestro se dirije hacia tus puntos débiles y te ayuda a transitarlos.

No te apures, divertite. Todos llegamos a algún lugar a través del esfuerzo. Yo aprendo cada día de mi vida y vos también. De eso está hecha la vida, es una experiencia de aprendizaje. Convertí este aprendizaje en tu propia experiencia, no te preocupes por el progreso, este llega solo, a traves del esfuerzo. Simplemente, creé en vos, intentalo con fuerza, escuchá a tu Maestro. Los Maestros ya caminaron ese camino antes que vos, por lo que pueden mostrarte el camino que deberás seguir.
Para eso estan los maestros, para ayudarte a transitar este camino.
Maestro Frank DeMaría

Friday, February 8, 2008

El futuro del wushu ¿En manos dignas?

Por Sifu Claudio Di Renzo
El wushu atraviesa en el comienzo del siglo 21, un momento de gran cambio y expansión. Al mismo tiempo que lo vemos consolidarse poco a poco como deporte para los Juegos Olímpicos, notamos que más gente conoce su existencia. Abundan los libros y videos sobre sus diferentes ramas y ejercicios, y aparecen día a día más y más páginas en Internet sobre esta disciplina.

Cabe preguntarnos entonces, si este fenómeno devendrá en algo positivo para el arte, o, por el contrario, contribuirá a su degeneración y decadencia. Hemos visto ya como otras artes marciales han bajado su nivel técnico estrepitosamente con la popularidad, y que el ansia de dinero de algunos dirigentes y maestros ha hecho que algunos sistemas se conviertan en pasatiempos divertidos totalmente carentes de la excelencia técnica que los caracterizaba en sus orígenes.

Bueno, usted podrá decir que esto no tiene por qué pasar necesariamente en el wushu, y que el hecho de que otros artes hayan decaído no indica imperiosamente que este proceso se vaya a dar en forma idéntica en el arte marcial chino del presente y futuro. OK. Podemos concordar en ello. Estamos simplemente evaluando situaciones y de ningún modo pretendo que se tome esta nota como un presagio del Apocalipsis.

De todos modos, creo que si se hace lo mismo que se hizo en otras artes que han decaído, hay un indicio al menos de que los resultados serán los mismos, y esta presunción no es en absoluto descabellada, sino que, por el contrario, tiene mucha lógica.

Veamos el caso del taekwondo. En su creación, fue un arte marcial de indudable efectividad combativa. Su técnica combinaba los mejores aspectos de las formas del karate do, y las excelentes técnicas de piernas del tae kyon. Los practicantes de taekwondo que tienen más de 20 años en el arte recuerdan con nostalgia lo efectivo que su arte fue en la época en que se dio a conocer al mundo occidental. La mayoría reconoce hoy (tal vez no públicamente) que el arte hoy es mas “light” y que la evaluación y desarrollo de los aspectos más marciales se ha dejado de lado, casi completamente.

Esto dicho con todo el respeto que me merece el taekwondo moderno, el cual es una disciplina que ha llevado a miles de jóvenes por el camino del deporte y la salud.

No podemos tampoco pensar ingenuamente que sólo el taekwondo ha sufrido estos cambios. Y dejamos el tema acá para hablar de lo que nos toca, el wushu.

Tradicionalmente el wushu es un arte marcial que se transmite de persona a persona, en dos formas diferentes. Una masificada, para todo el mundo, a cargo de los instructores en los gimnasios. Y otra personal, la que asegura la pureza del linaje, transmitida por el maestro mismo a sus discípulos y descendientes directos.

El primer tipo de enseñanza se ha mantenido siempre y digamos que aún hoy en día no ha sufrido grandes modificaciones. En oriente, se puede ver a la gente aprendiendo cualquier estilo de wushu en lugares públicos o, en menor medida, en institutos. Este tipo de enseñanza se caracteriza por ser menos personalizada y con menor corrección. Digamos que en este tipo de forma de aprendizaje, el alumno está a su propia merced. Sólo si pasa muchos años entrenando y demuestra un apego y dedicación altos, y fidelidad y lealtad a la escuela, será instruido por el maestro o los instructores principales en forma privada, y se le corregirán todos los detalles que pudiera necesitar, a fin de convertirlo en un continuador de la línea del sistema.

En este tipo de enseñanza, los cambios se ven en cuanto a la rigurosidad del entrenamiento. Hoy la práctica es menos intensa, las exigencias para pasar de un movimiento a otro han bajado, y generalmente un alumno aprende mucho del contenido del estilo en poco tiempo, con un grado aceptable de corrección.

Antiguamente, aprender un movimiento requería la total perfección en el movimiento o técnica precedente. Las posturas se mantenían durante mucho tiempo y se requería muchísimo esfuerzo y sufrimiento para aprender una forma entera. Esto aseguraba la calidad del alumno y del estilo.

Cuando comencé a practicar Taijiquan con el maestro Wang Tsing, yo ya tenía algo de experiencia en este estilo. Sin embargo, estuve un año practicando solo Lan Chia Wei y Dan Bien, la primera parte de la forma. Esto me hizo apreciar realmente la calidad por encima de la cantidad. Con el tiempo me tuve que obligar a aprender la forma completa, ya que no tenía ningún interés en agregar más problemas a los que ya tenía. Siempre aprecié como un gran regalo la rigurosidad con que el maestro Wang me enseñó su arte. Luego pude observar cómo, a medida que los alumnos se enrolaban, las exigencias caían y la enseñanza se hacía más accesible y cómoda.

Esto ha pasado en casi todas las escuelas de Kung Fu tanto en occidente como en China. Por cierto, en China aún se mantienen niveles de exigencia muy altos en muchas escuelas. Niveles de exigencia que resultan imposibles de igualar en la sociedad occidental, al menos en la enseñanza popular y abierta. ¿Cómo pretendemos entonces llegar al nivel que ostentan los maestros y alumnos de China? Por arte de magia esto no va a suceder, hay que buscar una solución urgentemente.



Segundo factor: El alumnado

No toda la responsabilidad recae en el profesor. El alumno actual también dista mucho del alumno de antaño. La vida se ha hecho más cómoda y el conocimiento más accesible. Los derechos civiles y sociales han invadido los wuguan, y hoy un alumno exige, solicita, da poco y pide mucho.

El alumno de hoy practica tres veces por semana, en clases grupales de una hora y media, y esto en el mejor de los casos. Sólo unos pocos sobresalen y entrenan fuera de hora. En general, no hay mucho que hacer por mantener un standard alto en alumnos que practican poco. Sin embargo, es nuestra obligación darles lo mejor que puedan llevarse, y lograr que aprendan lo más que puedan en el tiempo que disponen para el arte.

Por otro lado, en muchos casos, el continuo abuso del que han sido objeto los alumnos por sus anteriores profesores, hace que al llegar al guan no estén dispuestos a aceptar los rigores propios del entrenamiento y la disciplina que los puede llevar al éxito. Esto, en menor grado, crea una limitación más en algunos casos.

Esto se pone más grave si tomamos conciencia de que es en ellos, los actuales alumnos, en los cuales se apoyará la supervivencia del arte marcial chino en el futuro. Con la generación actual de alumnos, no veo un futuro muy diferente al presente de otras artes marciales, y no veo que sea posible evitar la degradación del arte, sin una acción inmediata y enérgica de parte de la generación actual de profesores y maestros.



Buscando una solución

Si bien uno puede responsabilizar a muchos de lo que está pasando, y puede trasladarle algunas culpas al alumnado, es evidente que el esfuerzo y el cambio tiene que surgir u originarse, a partir de los profesores.

Ellos son los que tienen la posibilidad, desde su posición de liderazgo y docencia, de predicar los preceptos y principios que harán que el arte marcial chino siga creciendo sin pervertirse.

Esto no significa que los alumnos no participen de este proceso. Todo lo contrario, los alumnos, o sea los practicantes, son los protagonistas del proceso en su integridad. De su esfuerzo depende el futuro del wushu. Pero sus esfuerzos deben ser guiados por los profesores, que son los que poseen el conocimiento.

Friday, August 10, 2007

Enseñanza

A propósito de viejas disputas sobre los métodos, su utilización, la humildad de los maestros y alumnos incompetentes, me vino a recuerdo este capitulo que leí por ahi...

Palabras de Dong Jin Jie, discípulo de Yang Chen Fu
"El maestro Yang era muy dado a transmitir su arte. Enseñaba a todos por igual. Entonces, ¿Por qué algunos han logrado mucho y otros poco? Es a causa de las diferencias de disposición, inteligencia y comprensión de la enseñanza. También es porque los principios del Taiji son extremadamente profundos y no
pueden ser comprendidos en un solo día.
El progreso hasta lo más alto se realiza por etapas, y el método del maestro es avanzar PASO A PASO. Abandonar el estudio antes de alcanzar el máximo nivel y luego culpar al maestro de ser un impostor es pura tontería. Esperar ver pepitas de oro después de unos pocos días y escaso esfuerzo es también poco realista.
No dejes de estudiar y no habrá razón paa que el Maestro no te de sus conocimentos sin reservas."

Thursday, August 9, 2007

La adinifidad entre Sun Bae y Hu Bae

El siguiente texto explica una relación similar a la que tenemos en el Kung Fu entre Sihing y Sidai, pero en un arte marcial coreano: Tang Soo Do.

La redacción no es muy buena, ya que es una traducción de un texto original que no conseguí.

Literalmente, el significado de la palabra "Sun" es "Mayor", y "Hu" significa "Menor". La palabra "Bae" significa "Grupo". Por eso, el significado de "Sun Bae" es "Grupo Mayor" y "Hu Bae" es "Grupo Menor".
Esta agrupación de artistas marciales dentro del Tang Soo Do es muy tradicional y se rige por una regla interior social para todos los que participan en el círculo de artes marciales.
Aunque otras agrupaciones pueden tener clasificaciones similares, muchas veces son decidididas por medio de elecciones, sexo, edad, habilidad, y otras condiciones arbitrarias. La relación entre "Sun Bae" y "Hu Bae" en Tang Soo Do es única. Es determinada únicamente por el día en que se enrola y por su adelantamiento[1] en las filas.
Interesantemente, esta relación puede cambiar. Los "Sun Bae" pueden descubrir que se han convertido en "Hu Bae" si un miembro menor los superó en rango. Por ejemplo, los Dans[2] de segundo grado son clasificados en "Sun Bae" y "Hu Dae" basados en el número inicial de Dans. Sin embargo, el miembro de menor toma las pruebas para llegar mayor, el miembro menor ahora toma el lugar de un "Sun Bae". Cuando el miembro menor recibe el Tercer Dan, el vuelva a tomar la posción de Sun Bae, porque ahora ambos estudiantes son nuevamente del mismo rango y el número de Dan original determina su lugar en la agrupación.
La relación entre Sun Bae y Hu Bae nos enseña la actitud correcta y disciplina necesaria para nuestro adiestramiento en las artes marciales. El Hu Bae debe incondicionalmente respetar y obedecer al Sun Bae. Y el Sun Bae debe cuidar al Hu Bae.
Este sistema de clase tradicional nos parece natural para nuestro arte marcial y requiere que tengamos una actitud paciente y desinteresada.
Aquellos que se enrolan en nuestro sistema hoy en día son Hu Bae para aquellos que se enrolen mañana. Por este medio, la relación establece una estructura automática y totalmente libre de motivos políticos o egoístas.
En mi adiestramiento de Tang Soo Do, yo siempre demostré enorme repeto a mi Sun Bae. No solmaenete porque yo era de rango menor. Había temporadas cuando yo me sentía superior a un miembro mayor y tuve la tentación de mostrar mis destrezas superiores en combate. Yo tuve que controlar esa tentación. Esto refleja una actitud pobre y demanda un castigo por el insulto al Sun Bae. Yo verdaderamente creo que este sistema es muy importante para enseñarnos control y fortaleza de desarrollo, y un espíritu fuerte.
Yo abogo para que todos los Hu Bae respetean y obedezcan a sus Sub Bae. Y que todos los Sub Bae amen y cuiden a los Hu Baes, como les gustaría que los cuiden a ellos. Nuestro sistema de Sun Bae y Hu Bae crea orden. Sin embargo, el respeto verídico se puede obtener por medio de su demostración del espíritu verdadero de Tang Soo Do.
Hago hincapié de la relación Sub Bae/Hu Bae que existe dentro de la Asociación Mundial de Tang Soo Do. Es un sistema sencillo, e independiente que sigue bello y es una tradición que quisiera que continuara.

Texto atribuído a Jae C. Shin, Gran Maestro de la Asociación Mundial de Tang Soo Do

[1] La formación en clase del Tang Soo Do es de derecha a izquierda y de adelante hacia atrás, por graduación descendente. Estando así el alumno más avanzado de la clase al frente a la derecha (es el encargado de dirigir los saludos y suplantar al maestro cuando sea necesario)
[2] Tuans

Compartir la luz

Un filósofo de oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:
Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea, pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendiera su propia tea, y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó.
Uno de los discípulos preguntó al filósofo:
- ¿Qué nos enseña, maestro, este relato?
Y él contestó:
- Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.

La Deuda Constante

La vida de Kung Fu nos da siempre la oportunidad de aprender cosas nuevas, en compañía de las personas que elegimos para guiar nuestros pasos. Nuestros maestros no siempre son bien comprendidos. Diría que la mayoría de las veces nos demuestran una paciencia y una dedicación que sólo vamos comprendiendo y reconociendo cuando el tiempo pinta canas en nuestro cabello.

Así es la vida, dentro y fuera del Kung Fu. Es por ello que les quiero contar una experiencia al respecto, con el fin de que los lectores lo mediten y, si les sirve, lo tengan en cuenta.

Cuando comencé a practicar, lo hice con un maestro al que con el tiempo fui dejando, pero que me marcó profunda y positivamente, el Sifu Aquilino Martínez. Este maestro era por ese entonces una persona de carácter retraído y reservado, y daba sus clases de una manera brutal que no tenía nada de ceremonioso. En ese momento, a mis 14 años, mi fantasía adolescente reclamaba la ceremonia, el protocolo, las historias increíbles… las cuales nunca llegaron. Siempre, durante mi tiempo con Sifu Martinez, le reclamé interiormente esta carencia.

Hoy mis alumnos me reclaman algunas cosas similares, y yo sigo el camino que aprendí con mi primer profesor. Hoy, dos décadas y media después, procedo como él, busco maestros como él y le agradezco esa enseñanza y sus brutales clases impiadosas.

En 1978 comencé a practicar Taijiquan, de la mano del joven profesor Fernando Chedel, en el Instituto Delia Bronfman en Vuelta de Obligado, en el barrio de Belgrano. Los sábados por la tarde adoraba asistir a las clases de Fernando, un ex karateka de hablar duro y con pocas pulgas. El intentó inculcarme los principios del Taijiquan, sin éxito (mea culpa) ya que mi impetuosidad y mi necesidad de acción me cegaron y en tras dos años de estudiar con él abandoné la práctica. Años después comencé con el Maestro Wang Tsing de casualidad y nunca abandoné el entrenamiento del Taijiquan. Hoy entiendo las palabras de Fernando, quien es ya un consumado Maestro. Yo todavía intento andar pasos que Fernando ya tenía claro en los setenta.

En 1980 comencé una nueva etapa marcial al convertirme en Discípulo del Maestro Jerry Lee. Ambos casi teníamos la misma edad por entonces, y él me inculcó el estudio incesante y la investigación. Nos volvimos a encontrar en 1985 cuando lo invité a Buenos Aires, y entonces me comenzó a enseñar, muy a mi pesar, Wing Chun. A regañadientes me enseñó el Siu Nim Tao y el Chi Sao. Nunca lo practiqué con ganas, y Sifu me recomendaba que lo estudie ya que me iba a ser muy útil. En 1990 luego de ser vapuleado en una práctica de Chi Sao con un -por ese entonces- colega llamado Leo Imamura, me convertí en su discípulo de Wing Chun y justos introdujimos tradicionalmente el sistema en Argentina. Hoy amo profundamente ese arte que me abrió los ojos a tantas cosas.

Sifu Leo me vio practicar y me preguntó por qué utilizaba yo tantas técnicas de karate, kick boxing y otros sistemas. Le contesté que yo utilizaba todo lo que me parecía útil. El me dijo que no hacía falta, y que utilizara el Wing Chun para comprender mejor a mis otros estilos, como el Hung Gar y el Shaolin. Así lo hice y así fue que hoy creo entender todo mucho mejor y ya no recurro a técnicas foráneas.

En 1996, conocí en China a mi Maestro de Wenshengquan, Sifu Wang An Lin. Cuando lo conocí, Sifu me dijo que yo ya había dominado el Wai Jia y las armas y que ahora era el tiempo de estudiar el Nei Jia. En un principio sus palabras me parecieron exageradas. Hoy luego de otra visita y aprender más de este increíble maestro, estoy seguro de que todo lo que necesito está en el estilo interno.

Cuando comencé a estudiar Wing Chun con Sifu Leo, me enamoré inmediatamente del Moy Yat Ving Tsun . Me convencí de que era el mejor Wing Chun y que era el mejor estilo del mundo. Mi Sifu Jerry Lee me escribió "mantené una mente abierta y nunca te estanques en un estilo ya que no hay estilo que tenga la verdad absoluta", y si bien respeté sus palabras, seguí pensando lo mismo. Con el tiempo, Sifu Yun Choi Yeung, me dijo que ningún estilo de Wing Chun contiene todo y que los principios del "stick and go" eran lo que importaba. Y que todo estaba en el Chi Sao, los estilos eran sólo limitaciones.

Luego de conocer a Sifu Lun Jie y ver otras escuelas de Wing Chun de Foshan, Guangzhou y Hong Kong, comprobé que Sifu Yeung tenía razón y hoy no pertenezco a ninguna escuela sino que estudio el Wing Chun desde su fuente, el Chi Sao y las formas. Nunca me sentí mejor haciendo Wing Chun.

Podría seguir por horas, pero el espacio es tirano. Sólo quería compartir con ustedes este sentimiento. La deuda constante que tenemos con nuestros maestros, no se paga nunca, y no puede ser pagada. Debemos vivir con ello y llevar esa espina clavada por siempre. Al igual que nuestros padres, nuestros maestros nos dan tanto que no hay forma de pagar lo que se recibe. Y casi siempre, invariablemente, comprobamos con el tiempo que las palabras que nos dijeron no fueron en vano, pero fueron tardamente comprendidas.

Gracias a la vida que existen las personas que eligen enseñar.

Sifu Claudio Di Renzo